«La luz del derecho a decidir está encendida»
El sábado, catalanas y vascas iluminamos más de 300 cumbres en todo el Pirineo. Uniendo Cataluña y Euskal Herria, reivindicamos el derecho de autodeterminación de nuestros pueblos.
Los portavoces Josu Etxaburu y Amalur Alvarez han expresado que “lo vivido en las cumbres perdurará en nuestra memoria colectiva y en nustros corazones”, y han hecho un llamamiento a la ciudadanía vasca a activarse a favor de la soberanía plena”.
Hay 430 kilómetros de Jaizkibel a Cap de Creus. Uno está sobre el Atlántico y el otro a orillas del Mediterráneo. Los Pirineos unen estos dos mares, y al anochecer del sábado, miles y miles de catalanas y vascas han formado una inmensa línea de luz que ha cruzado la cordillera.
Ha sido una noche mágica. Solo de pensar que muchos y muchas vascas han recorrido 300 kilómetros desde casa para hacer un tresmil y encender una cumbre… es emocionante. ¡Es impresionante! Hemos encendido luces de esperanza. Lo vivido en las cumbres perdurará en nuestra memoria colectiva y en nuestros corazones. Nos planteamos el reto con la intención de avivar el ánimo popular y creemos que lo hemos conseguido. Cada luz en las cumbres pirenaicas es una estrella que ha iluminado el camino hacia la soberanía y la libertad de nuestro pueblo. La luz del derecho a decidir está encendida.
Muchas veces escuchamos que no existen el ánimo o las condiciones idóneas. Que no es el momento adecuado. El sábado, miles y miles de personas manifestamos claramente que sí: que existe el ánimo y que las condiciones las crearemos nosotras, que este país está dispuesto a actuar con ambición. Hemos iluminado 300 cumbres pirenaicas, pero queremos dejar claro que nuestra cumbre no está en los Pirineos; que nuestra cumbre, más que un tresmil, es un ochomil.
La semana pasada, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, hizo un importante anuncio. Anunció cuándo subirán su ochomil; puso fecha al segundo referéndum sobre la independencia. El camino no será fácil. Ya se verá cómo van a poder encauzar su propósito, pero pueden decir que al menos tienen un plan, que tienen ambición.
¿Y nosotras, los y las vascas, tenemos plan? Deberíamos preguntarnos, si no es ahora, cuándo será el momento propicio. Una nueva ola democratizadora podría venir desde Europa y no nos gustaría que esa ola nos pillara desprevenidos. Deberíamos estar de estar preparados para coger la ola. Deberíamos elaborar, acordar e impulsar un proceso para decidir. Deberíamos ser capaces de alcanzar los consensos necesarios para ello. Gure Esku está comprometido y en los próximos meses seguiremos insistiendo en ello, tendiendo la mano siempre, y a la vez, siendo exigentes.
Por ello, hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía vasca a activarse a favor de la soberanía. Para allanar el camino, no basta con una gran acción; es la actividad constante y diaria la que nos llevará a la cima. Cuantas más seamos, más rápido y lejos llegaremos. Esta expedición soberanista necesita una dinámica ciudadana, con gente activa y asociada. Entre todos y todas, paso a paso, llegaremos a nuestro ochomil.