Tal día como hoy, en 1933, la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa pudo decidir su Estatuto de Autonomía mediante referéndum. Por primera vez, toda la ciudadanía fue llamada a votar, incluidas las mujeres. ¿Acaso no es posible hoy lo que fue posible hace 88 años?
En la actualidad, la mayoría de la ciudadanía vasca quiere decidir libremente su futuro. El 70% de los y las ciudadanas de los siete territorios de Euskal Herria se muestra a favor de decidir mediante referéndum. Somos 7 de cada 10: ¿Acaso existe un consenso más amplio que ese?
Nadie pensará que la celebración de un segundo referéndum en Escocia está entre las prioridades del gobierno de Boris Johnson, y sin embargo, uno de los miembros de su gabinete, Alister Jack, ha declarado recientemente que si el 60% de la ciudadanía de Escocía se mostrara a favor de un referéndum, y mantuviera ese apoyo a lo largo del tiempo, tendrían que reconocer que hay una amplia voluntad de hacerlo, y poner las urnas.
¡Nosotras superamos con creces ese 60%! En los últimos años hemos tejido una mayoría a favor del derecho a decidir: tejer, acordar y decidir ha sido uno de nuestros lemas. Hemos adquirido y empezado a utilizar herramientas de decisión a través de consultas ciudadanas, o impulsado consensos para regular dichas herramientas. En 2018, los dos principales partidos del Parlamento Vasco acordaron dar cauce al derecho a decidir, y conscientes de que se trataba de un acuerdo político importante, no dudamos en aplaudirlo. Pero desde entonces, han pasado muchos meses dando rodeos, sin avances significativos y cada vez más lejos de las actitudes mostradas en aquel entonces.
No nos parece sensato que se alejen del camino entonces emprendido. Porque la realidad es tozuda y nos muestra una y otra vez las graves consecuencias de la falta de soberanía. La gestión de la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto lo débil que es el autogobierno de nuestro país y lo fácil que resulta arrebatarnos desde Madrid y París nuestras limitadas competencias. A nuestras instituciones les faltan herramientas para cuidarnos, les falta capacidad para tomar las medidas necesarias.
Por eso, después de todo lo que hemos vivido, ahora, más que nunca, deberíamos tener la determinación de profundizar en nuestra soberanía, de tomar decisiones cada vez más cerca de la ciudadanía y, sobre todo, de posibilitar una participación mayor de la misma, porque sabemos que así las decisiones se adaptarán mejor a nuestra realidad y a nuestras necesidades. En este sentido, el Nuevo Estatuto será una oportunidad para cambiar las cosas, siempre y cuando el proceso se haga de la mano de la ciudadanía.
Hemos venido al Parlamento Vasco para decir a los representantes políticos que ya es hora de moverse. Que no se alejen del camino emprendido en su día. Que no se alejen del consenso que aglutina al 70% de los y las ciudadanas. El derecho a decidir es un marco de consenso entre la ciudadanía, y así debería serlo también entre quienes ejercen la actividad político-institucional, al menos si tienen la vocación de representarnos.
Estamos aquí para decir a los representantes políticos que tomen de una vez por todas el camino para convertir el derecho a decidir en ley. No os pediremos que recorráis el camino sólos. Nosotras creemos en liderazgos compartidos, y tal y como hemos hecho hasta ahora, os tendemos la mano para que hagamos el camino juntas. Podéis contar con nosotros y nosotras. Decimos honestamente que podéis contar con nuestra colaboración, siempre y cuando sea para dar cauce a la voluntad de la ciudadanía.
En las próximas semanas tenemos previsto reunirnos con todos los grupos parlamentarios del Parlamento Vasco a excepción de VOX. Queremos que instituciones, agentes y ciudadanía trabajen conjuntamente, y haremos todo lo que esté en nuestras manos para llegar a acuerdos. El Nuevo Estatuto marcará un antes y un después si se centra en el derecho a decidir y en la participación ciudadana. Esas son nuestras líneas rojas, y en ese sentido irán las propuestas que trasladaremos a los grupos parlamentarios.
Por otro lado, hasta el 31 de diciembre, seguiremos recogiendo el compromiso de la ciudadanía a través de la recogida de firmas Hamaika Gara a favor del referéndum, y a principios del próximo año, interpelaremos a las instituciones con miles y miles de firmas en mano para que regulen la vía de decisión. Recibirán el impulso de la ciudadanía para que asuman, regulen y desarrollen la capacidad plena para realizar referéndums.
En cualquier caso, lo vamos a decir claramente: interpelar a las instituciones no significa que nos quedemos a la espera de su respuesta. No aceptaremos ni bloqueos ni vetos a la voluntad de la mayoría. Nosotras siempre seguiremos avanzando, porque estar quietos no es una opción, y porque sabemos que la única manera de no retroceder es avanzar.
Vemos la necesidad de que la ciudadanía vuelva a ser el motor. Por ello, en las próximas semanas celebraremos asambleas abiertas comarca a comarca para compartir nuestra hoja de ruta y tratar de que el mayor número de personas se sumen a ella. Cuantas más seamos, más rápido llegaremos a nuestros objetivos. ¡La cima nos espera!