La labor de los diputados en el Parlamento Europeo responde principalmente a la actividad institucional que genera la propia casa, pero del mismo modo, la concentración de representantes de toda Europa en ella ofrece oportunidades únicas para el trabajo político y la diplomacia de la puerta de atrás. Y es que, aunque la Unión Europea es un club de estados, son muchos los diputados que llegan a Bruselas desde naciones sin estado. Desde el principio de la legislatura decidimos que había que sacar todo el jugo posible a esta circunstancia, y que en un momento en el que los procesos soberanistas están en marcha en los diferentes pueblos de Europa, era un gran derroche de energía que los corsos, los flamencos, los vascos, los catalanes, los escoceses, los galeses… actuaran por separado sin tener conocimiento y sin atender a las sinergias entre nosotros.
En esta dirección, comenzamos a conformar un espacio de diputados europeos por el derecho de autodeterminación, en primer lugar, para intercambiar conocimiento de nuestros procesos, y en segundo lugar, para ir situando periódicamente en el Parlamento Europeo el discurso a favor del derecho de autodeterminación, ya que el momento exigía, a nuestro entender, una pedagogía en torno a esa base democrática en las instituciones europeas.
Coincidiendo con el inicio de la legislatura -2019-, el crecimiento de la extrema derecha y el euroescepticismo, por un lado, y el distanciamiento ciudadano con Europa provocado por la escasa respuesta de las instituciones europeas a la crisis de deuda de 2008, el Parlamento y la Comisión pusieron en marcha la Conferencia sobre el Futuro de Europa, donde el Caucus de Autodeterminación de los eurodiputados encontró su primer reto. El debate sobre el futuro de Europa debía permitir al ciudadano plantear el derecho a convertirse en un Estado de las naciones europeas sin Estado y presentarlo como un instrumento para la paz y la estabilización. En ese camino conseguimos que dos diputados (ERC, EHBildu) entraran en la asamblea plenaria de la conferencia y que tanto en el conjunto como en los grupos de trabajo temáticos que se constituyeron, estuviera presente el reclamo del derecho de autodeterminación de las naciones sin estado europeas. De hecho, el derecho de autodeterminación de las naciones europeas sin estado fue la segunda propuesta más votada entre las iniciativas que se enumeraron en los paneles ciudadanos.
Por otro lado, y a la espera de que prospere la Conferencia, los diputados del Self-Determination Caucus tomamos la decisión de poner en marcha otra iniciativa que contribuyera a la ampliación del derecho de autodeterminación, y en esa dirección, se encargó un estudio a un grupo de expertos constituido expresamente por Eusko Ikaskuntza y el Institut d ‘Estudis Catalans para que analizaran desde el punto de vista jurídico cómo se podría aplicar el derecho de autodeterminación sin modificar los tratados europeos. Este trabajo fue presentado a los miembros del SD Caucus el pasado mes de noviembre y, tras ser asumido por los diputados, se llevó a cabo una presentación pública en Bruselas con el apoyo de los presidentes de Córcega, Comunidad Autónoma Vasca y Catalunya. A punto de finalizar la legislatura en el Parlamento Europeo, el informe de expertos será uno de los ejes de trabajo de la próxima legislatura (2024-2029), la gestión político-institucional que deberán llevar a cabo los diputados.
Sería prolijo explicar la propuesta elaborada conjuntamente por Eusko Ikaskuntza y el Institut d ‘Estudis Catalans, pero en breve podría resumirse en tres conceptos principales. En primer lugar, el énfasis en la obligación de negociar entre las partes como base democrática. En segundo lugar, el reclamo del derecho universal a la autodeterminación tal y como está recogido en la legislación internacional. Y en tercer lugar, lo que se llamaría el derecho natural de una nación a convertirse en Estado y seguir siendo miembro de la Unión Europea después de haber tomado la decisión de convertirse en Estado o la ampliación natural de la Unión Europea a nivel interno. El trabajo demuestra que todo esto es posible sin ninguna modificación del Tratado de Lisboa o del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
«Unión en la diversidad» ha sido durante años el lema de la Unión Europea. Pero los Estados miembros se han basado en una forma limitada y particular de entender la diversidad, en función de las simples estructuras de los Estados. Los Estados se enfrentan al reto democrático de asumir la diversidad de una manera real, porque el Estado no es hoy el único sujeto político nacional.
En la trayectoria del SD Caucus hemos intentado subrayar algunas ideas. Por un lado, que el derecho de autodeterminación es un instrumento para la resolución de conflictos, es decir, para consolidar el valor europeo de la paz: cuando tantos cuestionan el proceso de integración europea, los pueblos sin estado no venimos a crear problemas, sino a ofrecer soluciones. Los ciudadanos de las naciones sin estado creen en Europa, el europeísmo es evidente y son anclas profundas de la integración política europea.
Por otro lado, hemos subrayado que compartimos el lema «Unidad en la diversidad», pero la diversidad no debe limitarse a los Estados actuales, sino también a la realidad de los pueblos sin Estado. El mapa político de la Europa actual responde a cambios producidos por acontecimientos históricos que no han cesado y que los pueblos sin estado seguirán modificando sin duda.
El final de la legislatura europea ha supuesto la paralización del trabajo del SD Caucus hasta la X legislatura, que comenzará a mediados del próximo mes de julio. A partir de julio se procederá a la reorganización del SD Caucus con los nuevos diputados y, sin duda, a la elaboración político-institucional del trabajo jurídico realizado con anterioridad. En el contexto del discurso belicista del presidente de la Comisión, Von der Leyen, sobre la guerra en Ucrania, será necesario abordar la cooperación entre los pueblos y la paz, concepto básico de la Unión Europea, y poner de relieve el respeto debido al ejercicio democrático del derecho de autodeterminación como tren imprescindible para la paz y la convivencia internacional. Y es que, en estos tiempos convulsos, la defensa del derecho de autodeterminación desde el País Vasco es una de las aportaciones más significativas que se pueden hacer a la paz, en el ámbito doméstico e internacional.
