Las cifras del censo de Irlanda del Norte publicadas el pasado mes de septiembre muestran que los católicos, entendidos en sentido amplio, son el 45,7%, y los protestantes, o personas criadas en la cultura de la Reforma, el 43,5%. Diez años antes, las cifras eran del 48,45% de protestantes y el 45,1% de católicos.
El Estado que se diseñó oficialmente en 1920 para tener una mayoría protestante-unionista permanente no ha superado la prueba del tiempo. Durante el siglo transcurrido, nacionalistas de todas las tendencias se han quejado de que ni siquiera se les consultó sobre la partición de la isla y sus líderes siempre han abogado por la reunificación.
os resultados del censo son significativos, pero distan mucho de ser la historia completa. En la actualidad, una de cada quince personas que viven en el Norte -un número cada vez mayor- nació fuera del Reino Unido e Irlanda, y existe una vibrante comunidad musulmana que representa el 0,5% de la población.
Un importante estudio profesional reciente, que incluye sondeos y algunas entrevistas en profundidad, dirigido por The Irish Times en colaboración con la Real Academia Irlandesa y el Centro Keough-Naughton de Estudios Irlandeses de la Universidad de Notre Dame -utilizan el acrónimo ARINS- ofrece algunas perspectivas interesantes sobre la cuestión de la unidad de Irlanda.
Una clara mayoría de los encuestados que viven en el Sur están a favor de la unidad y en una encuesta sobre la frontera votarían en consecuencia.
Es importante tener en cuenta que esta fuerte tendencia puede tambalearse cuando se den cuenta de a lo que tienen que renunciar en términos de banderas e himnos, y que la encuesta mide los sentimientos antes de disponer de información clara sobre los costes para el erario irlandés. No obstante, es justo suponer que un referéndum en el Sur mostraría muy probablemente que una clara mayoría apoya la unidad.